domingo, 16 de octubre de 2016

Relativismo trágico

"Die Leuchte Deines Leibes ist Dein Auge
Ist nun Dein Auge lauter,
wird Dein ganzer Leib im Licht sein;
ist aber Dein Auge böse,
wird Dein ganzer Leib im Finstern sein".
Matthew 6.22



Ha pasado un tiempo desde la primera entrada de este blog llamado relativismo mágico. Aquella entrada también se llamaba así: Relativismo Mágico, en un intento de introducción a un sitio donde las ideas e inquietudes de una mente esperaban encontrar desahogo y cierta libertad. Pero con el tiempo, esa mente ha aprendido a ser más paciente, ha aprendido a escuchar y mirar más antes de anotar y escribir, porque se dio cuenta de que quizás en un momento sus actitudes y posturas eran demasiado vehementes e impulsivas para lo poco que había experimentado en realidad: mucha tinta y papel, pero pocas cicatrices.

Sin embargo, la idea central de todo esto sigue presente en la vida de esa mente: el relativismo de todas las cosas de la vida. Es increíble, y no lo digo en el sentido cliché en el que solemos usar esta palabra, sino en el sentido de que es algo casi imposible y difícil de creer. Bueno, sí, quería solo acotar eso, pero ahora sigo, son increíbles las múltiples perspectivas que se pueden generar a partir de cualquier cosa y situación, y más increíble todavía son, sin lugar a dudas, los sentimientos y sensaciones que de esas cosas y situaciones se pueden desprender. Y hablo de todo, o al menos lo que mi mente me permite percibir como todo dentro de los sucesos y fenómenos ocurridos dentro del tiempo y el espacio que me han tocado vivir.

Todo es relativo…

Hay abandono, pero también hay exceso de protección
hay amor, pero existen los que se hartan de recibirlo
hay perdón, pero abunda el orgullo
hay palabras, pero existen dietas exclusivamente a base de silencio
hay violencia, pero hay quienes añoran ser maltratados
hay alegría, pero también está la envidia
hay tristeza, pero la autocompasión puede resultar un serio problema
hay miradas de amor, pero igual hay ojos sarcásticos
hay mucha hambre, igual o más que la comida botada todos los días
hay voluntades de acero, pero también existen los frágiles corazones
hay quienes quisieran contarlo todo, pero nadie los escucha
y hay algunos que hablan, y no necesitan convencer a nadie
pues ya lo han hecho desde el principio
con su imagen o primera palabra

hay quienes creen tener fe, y hay para quienes la fe no existe
hay quienes insultan para evitar encontrarse consigo mismos
y hay quienes alaban para evitar verse en un espejo
casi lo mismo

hay sueños, miedos y esperanzas
almacenados en algún lugar de todas las almas humanas.


Son muchas las cosas que podría contar, pero no tendría sentido escribir tanto cuando se trata de relativismo, sería una especie de “broma infinita” al estilo de David Foster Wallace, con todas mis limitaciones por supuesto, pero supongo que de cualquier manera no sería práctico escribir tanto en un blog. 

Eso sí, si hay algo que noté en los últimos años y merece ser nombrado es el matiz infinito que puede existir dentro de todo relativismo, como un espejo que contiene a su vez un espejo con otro espejo, y así infinitamente.

Hace más de seis años el relativismo era mágico para mí, entendiéndose mágico como un conjunto infinito de situaciones y posibilidades, ¿no es acaso eso la vida?

Hoy, sé que el relativismo es trágico también, y al visualizar todos los frentes vitales no puedo sino quedarme en silencio, contemplar, e intentar aprender.



Fotografía de Jacqueline Yammine