Hay tantas que no sé por dónde empezar, porque si bien hay buenas y malas, por naturaleza humana a veces preferimos recordar aquellas que duelen y no las dulces que sanan, igual que decidimos quedarnos con aquellas llenas de envidia y no con esas que irradian bondad, y entonces el "deber ser" estaría en sólo mirar las buenas y descartar las malas, pero somos perfectamente imperfectos, somos irremediablemente negativos, somos y soy, porque la vida nos enseñó a mirar casi siempre mal antes que bien.
Pero empezaré de una vez, con la verdad (hasta cierto punto verdad, relativa cómo todas), de que todos los días una mirada nos encuentra, o al menos lo intenta, y todos los días con la mirada propia buscamos, encontrando algunas veces, otras no. Y así intentamos e intentan otros transmitir buena fe, más allá de si es o no fe de la buena, y más allá de si se busca paz o alguna posición, pero algo me dice que si de miradas hablamos el corazón lo sabe todo, hable o no, sea sincero o hipócrita.
Entonces, ¿qué tal si miramos bien?
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