domingo, 4 de octubre de 2015

Carne y refresco

¿Cuál es la mejor manera de llamar a un mesonero en un restaurante que solo ofrece "carne y refresco" en su menú?

"Carne y refresco" es la suculenta oferta que se presenta ante los ojos del conductor o pasajero poco antes de llegar al "Fundo La Maizena", atendido por sus propios dueños, un poco después de pasar el oscuro Km 88, en "El Dorado". Ah, también venden cerveza.

"Pápa", se atrevió primero Panchi, precedido de un leve silvido.

"Compi", propuso un poco fastidiado y hambriento el recién levantado Chu.

"Jefe", exclamó con aplomo y seguro de sus palabras César.

Jessica y Manuel no lo intentaron ni opinaron sobre el tema, creo que no les interesaba.

En medio de esta curiosa discusión llega al fundo un hombre de unos 48 años de edad, alto, robusto, algo regordete quizás, maracucho...

"¡Buenas tardes!", saluda el hombre activa y amablemente con su peculiar acento marabino.

"Buenas tardes", respondimos algunos al saludo del recién llegado.

Acto seguido, el hombre vociferó con una autoridad incuestionable: "Hermano, un fresco por acá por favor".

Ninguno de nosotros dijo nada, pero todos entendimos cuál era la manera de pedir algo para tomar en un lugar que ofrece en su menú "carne y refresco".

Acto seguido, César imitó al detalle el discurso y los gestos del maracucho, y efectivamente la fórmula resultó exitosa, pues el dueño del fundo (lo asumo porque tenía una franela blanca con la fotografía de una vaca marrón en el centro y la leyenda "Fundo La Maizena") hizo caso a nuestro llamado (el de César en realidad) y al llegar ante nuestra mesa expuso la oferta de carnes y refrescos disponibles en el menú: "El kilo de carne está en 2800 bolívares" fue todo lo que dijo en un principio, pero luego de un breve consenso entre nosotros y de que finalmente nos decidiéramos a pedir 2 kilos añadió: "déjame ver, no sé si llego a los 2 kilos". Ante este escenario César, observando que otros comensales disfrutaban además de la carne de un plato que venía con yuca y ensalada (yuca al vapor y ensalada de repollo, como la de los perros calientes), preguntó al mesonero/dueño por un plato de estos (no, dos mejor, dijo). "OK", dijo el mesonero/dueño mientras anotaba. César, no muy convencido intentó reafirmar el pedido: "Compa, con bastante yuca ya que no hay mucha carne", a lo que el mesonero/dueño respondió "No sé, déjame ver, porque no sé si me queda mucha yuca", acompañando estas palabras con un gesto de calma de la mano que no escribía. Ante esto César se dio por vencido, pero al menos lo había intentado, aunque al final no hubiera suficiente carne o suficiente yuca. Por otro lado, el refresco sí estaba plenamente garantizado, eso sí, solo Pepsi o Frescolita. Dos Pepsis fue la orden (no, primero mejor trae una y luego la otra, acotó Panchi antes de que el mesonero/dueño se alejara de nuestra mesa).

La comida no tardó en llegar, y todo fue una ilusión, una táctica del mesonero/dueño, pues no faltó aquella tarde ni carne ni yuca, además de la ensalada que sí estaba previamente garantizada. Quedamos todos satisfechos. Vale acotar que Manuel, haciendo honor al eslogan del lugar, solo comió "carne y refresco" durante aquel almuerzo. Buen almuerzo aquel.

Luego seguimos nuestro camino.




2 comentarios:

  1. Me gustó la astucia del mesonero/ dueño, creando ese ambiente mágico de satisfacción final en el desenlace para con los comensales!

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